Curiosa manera de ganarse la vida


Abuelo, hijo y nieto, todos disecadores de animales.
Luis Guinard, tiene 65 años, 30 de ellos los ha dedicado a la taxidermia, una labor que heredó de su padre y que ahora su hijo Mario, ejerce también.
Disecó su primer animal a los 6 años y desde entonces ha aprovechado muy bien sus conocimientos. Cuando era novio, por ejemplo, obsequiaba a sus enamoradas pajaritos disecados en lugar de dulces o flores. Pero lo más satisfactorio que ha realizado en este campo, es haber disecado los famosos caballos Don Danilo y Contrapunto, este último está exhibido en la sala de su casa.
Su trabajo comienza cuando un animal muere. En un tiempo no mayor de 24 horas, retira la piel. Después procede a lavarla, secarla y a darle un tratamiento especial para que se conserve por más de 100 años. También la “envenena” con el fin de evitar que las polillas la ataquen. Después de este proceso, moldea en arcilla una escultura del animal, que realiza con base a las medidas tomadas antes de retirar la piel y en fotografías del animal.
Sobre la estructura de arcilla, Luis Guinard elabora el molde de yeso y lo vacia en plástico. Por último, forra dicha estructura con la piel que debe ser exacta, de lo contrario, hay que empezar de nuevo. Por último pega y cose cuidadosamente.
Luis Guinard trabaja junto con su hijo, y en el momento están disecando un toro cebú. Ellos dicen que el oficio no es tan difícil, sin embargo se necesita amplia experiencia, como la que esta familia ha acumulado a través de tres generaciones, y además conocimientos de escultura y pintura.
Por: Sara María Herrera

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